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¡Por qué la Energía Solar Térmica!... Un Recurso Poderoso e Inigualable

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Columna de opinión de socios
Prof. Rodrigo Valdovinos – Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

La energía solar no es solo fotovoltaica, también existe solar térmica con diferentes aplicaciones y ventajas que van desde ser socialmente apropiada, fácil de entender y sencillas, con beneficios energéticos, económicos y ambientales inigualables.

De acuerdo con estos y otros innumerables argumentos podemos aseverar que: “la generación de calor solar debe estar explícitamente anclado en cualquier tipo de estrategia energética nacional e internacional para poder abordar de manera seria, programas de descarbonización y enfrentar problemas políticos de nivel internacional que inciden claramente en los precios de los combustibles fósiles en nuestro país, principalmente para el uso residencial y de baja escala”. 

Las cifras indican que el calor representa la mayor parte de los desafíos para enfrentar una transición energética con cero emisiones de gases a la atmósfera, por lo tanto si se integra de manera acelerada el uso de la  energía solar térmica es completamente posible proporcionar calefacción y agua caliente sanitaria en viviendas unifamiliares y multifamiliares; como también pensar en calefacción distrital e incluso calor para procesos comerciales e industriales de forma limpia, con energía entregada directamente en el punto de consumo del calor, sin pérdidas energéticas y económicas debido a la extracción, procesamiento y transporte de combustibles. 

La energía solar térmica es una tecnología madura que es 4 veces más eficiente en área que la fotovoltaica, pero que ha recibido poca atención debido a la exageración que rodea la FV, y subsidios significativamente más bajos, como también pocos aportes y esfuerzos para generar una regulación normativa que fomente la cadena de valor.

Según el tipo de aplicación solar térmica y con un dimensionamiento adecuado es posible cubrir del 30 al 85% de la demanda de calor para diferentes usos, lo que implica igual porcentaje de reemplazo de combustibles fósiles utilizados en dichos procesos. Son aplicaciones principalmente descentralizadas (en el lugar de uso del calor) lo que ayuda a garantizar que las soluciones de aporte térmico sean resistentes incluso en tiempos de crisis políticas, sociales y de alzas de precios de los combustibles. 

El implementar estrategias que aceleren el uso de la energía solar térmica, podría aliviar el exceso de presión que tienen las redes eléctricas por falta de robustes cuando se usan para generación de calor, permitiendo además crear una base estable para suministro de calor seguro y garantizado en el corto plazo con una duración de sistemas con un mínimo de 25 años.  Esta estrategia daría el tiempo necesario mientras se mejoran las líneas de distribución eléctrica en robustez e inteligencia, como también en mejoras de eficiencia en los equipos de calefacción y calentamiento asociados. Sobre todo, cuando el exceso de electricidad renovable se vuelve una carga para la red.

Para generar estrategias que usen el recurso solar, los sistemas fotovoltaicos y sistemas solares térmico deben considerarse como socios iguales y complementarios para abordar las tareas necesarias en contribución energética. A diferencia de la fotovoltaica, los equipos y componentes solares térmicos ya se fabrican en los distintos continentes por tanto ofrecen ventajas adicionales para el mercado nacional y una mayor independencia en importaciones. Incluso son dispositivos que no requieren de tecnologías avanzadas, lo que las hace completamente factible y viable general industria de fabricación nacional. 

La historia de la energía solar térmica y su desarrollo están muy relacionado con el uso y avance cuando ocurren crisis energéticas, bueno, claramente cualquier crisis implica impactos directos en las fuentes energéticas tanto en la distribución como en los precios, sobre todo en países con dependencia a través de importaciones. Esto se muestra claramente en décadas pasadas, cuando existieron crisis de petróleo, crisis económicas o sociales; el desarrollo y avance tecnológico de la solar térmica fue muy próspero. Se pensó que sería el aliciente para que se masificará realmente el uso en diferentes niveles, pero el lobby de las empresas de “competencia” fue mayor, como fue el caso del lobby de empresas petroleras y hoy el lobby de las empresas eléctricas, electricidad que tiene una clara dependencia de generación con combustibles fósiles y su precio recibe subsidios permanentes.

Sin embargo, en la década del 70° luego de la crisis del petróleo, existieron países europeos que optaron por su uso de manera descentralizada para proporcionar agua caliente sanitaria y para apoyar sistemas de calefacción en viviendas unifamiliares y en edificios departamento. Ejemplo exitoso son los sistemas urbanos de calefacción en Dinamarca que ya llevan 30 años aportando calor con fracciones solares en torno al 50%, incluso algunos con aporte de calor estacional y conectado a redes distribuyendo el calor solar a zonas urbanas. La diferencia es que, “se” reconoce acá y en otros países el calor solar como pilar energético.

Las políticas públicas, leyes y regulaciones que se hagan en materia energética para descarbonización, transición ecológica, servicios básicos; deben considerar cambios también en los usos térmicos e incorporar el desarrollo futuro de redes de calefacción, tal cual como ha sido el caso del desarrollo de redes para distribución fotovoltaica. Acá lo preliminar es generar la regulación necesaria, tal cual como se ha hecho con los sistemas fotovoltaicos en diferentes niveles. Claro está, que el aporte económico a los sistemas fotovoltaicos ha sido 10 veces mayores a los solares térmicos (puede ser mayor), pero esto debe cambiar si tomamos en cuenta que el segmento de uso térmico que tiene el país para uso final de la energía es prácticamente 3 a 4 veces más que electricidad. 

Los colectores solares pueden aportar a la demanda de calor entre el 50% al 80%. En verano puede ser 100% solar tanto en electricidad solar como en calor solar, siendo un primer caso de cogeneración solar libre de CO2 con un requisito de área muy bajo usando nuevas tecnologías, más eficientes y modernas que pueden encajar y complementarse perfectamente con sistemas fotovoltaicos entregando energía descentralizada y cercana al usuario significando menos dependencia y más seguridad. Los sistemas térmicos actúan como un componente desinteresado, proporcionando calor libre de CO2 y mejorando cualquier sistema de calor convencional. 

La energía solar es la energía para las personas, como postuló una vez el famoso fundador del Instituto Fraunhofer para sistemas de energía solar Prof. Adolf Goetzberger. El uso de la energía solar debe consistir en una combinación razonable de acciones de energía solar térmica y fotovoltaica para proporcionar calor y electricidad para el calentamiento de agua, calefacción del hogar y para el uso en aplicaciones comunitarias, distritales o urbanas. Ambas tecnologías proporcionan energía pacífica y confiable durante todos los días del año, ayudan a tener ahorros económicos en el hogar, comercio e industria sin emisiones de gases atmosférico.

Por tanto, los esfuerzos por envasar y monopolizar la energía solar y venderla, o sencillamente obstaculizar o gravar su uso deben ser excluidos en las estrategias, políticas y leyes que se desarrollen en la sociedad. 

El calor solar es, por lo tanto, un camino hacia un futuro energético más seguro, ecológico, limpio y centrado en las personas.

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